Tradicionalmente, los psicofármacos han sido la única sustancia adictiva cuya prevalencia de consumo es más alta entre mujeres que entre hombres. La literatura especializada apunta, en general, a que esta diferencia no obedece a factores biológicos, sino a mandatos de género, es decir, al modo en que los sistemas sanitarios y las propias mujeres entienden y abordan los malestares femeninos. El presente número del boletín "Drogomedia Monografikoak" examina este asunto mediante una selección bibliográfica y dos contribuciones de profesionales del sector: una a cargo de Elisabete Arostegui Santamaría y Álvaro Moro Inchaurtieta, sobre consumo entre mujeres jóvenes, y otra firmada por Mª Ángeles Becerro, con una propuesta terapéutica no farmacológica basada en el psicodrama.