Eva Picado es doctora en Psicología e investigadora en el Centro de Investigación en Derechos Humanos y Políticas Públicas ‘Diversitas’ de la Universidad de Salamanca. Su experiencia en esta institución avaló su rol como responsable principal del proyecto del Observatorio de Violencia de Género de UNAD. Dentro de esta iniciativa se ha forjado el protocolo de detección de casos de violencia de género que la red de adicciones presentará el próximo martes durante una jornada en Salamanca. Picado también ha estado muy presente en el proceso de preparación del evento como integrante de la vocalía de UNAD Castilla y León y, desde esta participación múltiple, hace un balance de lo que supone todo el trabajo que se está realizando en el ámbito regional de las adicciones respecto al género.
¿Cómo describiría la realidad de las adicciones en la región?
La realidad en Castilla y León no es diferente al resto de territorios. Es preocupante igualmente el incremento de las adicciones sin sustancia y de manera especial entre la juventud. Ocurre lo mismo con el consumo de alcohol y su inicio precoz.
¿Cuál es el papel que juega la perspectiva de género a la hora de intervenir en drogodependencias?
La red de atención ha tenido y tiene un protagonismo muy importante en el desarrollo de programas e intervenciones eficaces en la atención y prevención de las adicciones. Históricamente se ha hecho un esfuerzo importante para intervenir en los nuevos consumos y desde luego en los últimos años hemos sido conscientes de la necesidad de incorporar la perspectiva de género en nuestras intervenciones. Sabemos que los equipos de profesionales deben desarrollar su labor desde una perspectiva de género para realizar la mejor atención y también para fomentar que las mujeres con adicciones se acerquen a la red. Desde los recursos se tiene un interés por abordar las adicciones garantizando la mejor atención y esto supone mayor formación y adaptación de los programas tanto en la prevención como en la atención.
¿Cuáles son las mayores dificultades que aparecen al tratar la adicción en mujeres víctimas de violencia de género?
No reconocer las victimizaciones sufridas implica no identificar a la víctima y, en la gran mayoría de los casos, normalizar la violencia justificándola con las situaciones de violencia relacionadas con su adicción o la de su pareja. Como consecuencia, no es habitual que las mujeres expresen abiertamente su situación, y esto es algo que no está relacionado tanto con el vínculo profesional sino con la dificultad de autoconfirmarse como víctimas.
¿Qué supone para las entidades del territorio celebrar una jornada como la del próximo martes 7?
Es una oportunidad para la red de Castilla y León para hacerse visible en el territorio y también para compartir con otras entidades de la red UNAD preocupaciones e intereses comunes.
¿De qué manera puede cambiar la atención a las drogodependencias el protocolo de detección de violencia de género de UNAD que se presentará en el seminario?
El protocolo es un instrumento de trabajo. El fin es el de ofrecer confianza a los equipos profesionales en su toma de decisiones y ayudar a identificar la violencia de género cuando la mujer no verbaliza explícitamente que ha sido agredida. El protocolo se ha construido desde las experiencias de mujeres víctimas de violencia de género también de profesionales.