UNAD
Foto de Manny Becerra vía Unsplash

Foto de Manny Becerra vía Unsplash

19 diciembre 2025
UNAD analiza en su nuevo estudio la realidad de los programas de intervención con familiares de personas con adicciones
Los resultados preliminares de la publicación ya evidencian un amplio margen de mejora respecto a la aplicación de la perspectiva de género

UNAD, la Red de Atención a las Adicciones, ha situado la intervención con familiares de personas con adicciones en el centro de su último estudio con el objetivo de analizar las fortalezas y debilidades de este tipo de programas. La perspectiva de género ha sido el factor desde el que se ha enfocado un análisis cualitativo de dicha realidad.

El estudio, promovido por UNAD con la financiación del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, cuenta con la participación de profesionales de la red de adicciones que han aportado conocimiento experto a la materia. La publicación, con la antropóloga experta en género y adicciones Patricia Martínez Redondo como investigadora principal, arroja dentro de sus resultados preliminares evidencias de la necesidad de avanzar en la implementación de la perspectiva de género a la hora de atender a familiares de personas con adicciones.

Partiendo de que se trata de servicios donde la proporción de mujeres atendidas supone dos tercios del total, la muestra de profesionales participantes ha señalado la detección de numerosos casos de malestar e incluso violencia de género. Este hecho, sumado a que a veces desde la visión profesional se realiza una evaluación sin tener en cuenta la perspectiva de género, deriva en ocasiones en una mayor responsabilización de las mujeres que puede reproducir roles de género y formas concretas de violencia simbólica o institucional.

En el plano en el que los hombres son los familiares atendidos a partir de la adicción de su pareja mujer, son recurrentes los escenarios en los que ellos también sean consumidores de sustancias o tengan algún problema de uso, de la misma forma que según avanza la atención emergen conductas vinculadas al control y la sumisión de la mujer en la pareja.

Junto a esto, el género también marca la realidad de las mujeres con adicciones en otros contextos. Si, por ejemplo, se trata de una chica joven, su familia tendrá una mayor preocupación por las posibles violencias de género que pueda sufrir, y en particular las de carácter sexual, mientras que si se trata de una mujer reclusa, en situación de calle o con algún problema grave de salud mental, el rechazo el rechazo y la falta de apoyo familiar serán mayores.

Con todo, este análisis exploratorio insiste en la importancia de realizar una intervención familiar que tenga en cuenta el género. Requiere con ello la mejora de los fondos dedicados a este tipo de programas, pudiendo permitir el aumento de la formación de profesionales y la creación de espacios de atención no mixtos para atender específicamente las cuestiones de género adyacentes a la existencia de una adicción en el entorno familiar.