05 julio 2010
Casi la mitad de los/las jóvenes que mantienen relaciones sexuales estaría asumiendo conductas de riesgo frente al VIH/sida

Se evaluó, mediante dos cuestionarios, a 527 jóvenes de entre 14 y 19 años participantes en los talleres que se encontraban escolarizados/as en los 8 centros educativos participantes en toda España


SIDA STUDI ha evaluado mediante dos cuestionarios, el primero antes de realizar la intervención y el segundo una vez realizadas las 3 sesiones, a 527 jóvenes de entre 14 y 19 años participantes en los talleres que se encontraban escolarizados/as en los 8 centros educativos participantes del Estado Español cursando 3º y 4º de la ESO, y/o realizando cursos de formación complementaria en unidades de escolarización compartida (UEC) durante el curso escolar 2009 -2010.

Se ha evaluado el proceso y el resultado de las intervenciones. En la evaluación de proceso se han analizado mediante una escala tipo Likert de 6 puntos (1 totalmente negativo hasta 6 totalmente positivo) a excepción del ítem 7 que se completa mediante una escala Likert de 7 puntos (1 totalmente corto hasta 7 totalmente largo), aspectos sobre el funcionamiento de las intervenciones como son la intervención en general, la satisfacción de los/las participantes, la utilidad de lo tratado y el interés que eso representa, la implicación y participación de los/las jóvenes durante el taller, el tiempo dedicado, la información recibida, la metodología utilizada por los/las profesionales, el trabajo de los/las profesionales y la influencia de esta acción educativa en los conocimientos y conductas de los/las jóvenes que participan.

En relación a la evaluación de resultados, ésta evalúa la eficacia de las intervenciones con la finalidad de poder mejorar las intervenciones en función de los resultados obtenidos en estas evaluaciones.

Para ello, se han evaluado aspectos como el comportamiento sexual, el nivel de experiencia sexual, la orientación al deseo, el comportamiento sexual preventivo, la percepción de control y autoeficacia, los costes y beneficios de usar preservativo, la actitud hacia el preservativo y el coito interrumpido, el riesgo percibido hacia el sida, o los conocimientos.

En cuanto a la variable proceso, los/las participantes valoran la acción educativa recibida como muy positiva dentro del marco de su educación y consideran de utilidad todos los aspectos trabajados en la acción educativa “Prevenir para Disfrutar” realizada por SIDA STUDI.

En la variable de resultados, analizando la variable «experiencia sexual” junto con el «uso de método preventivos», los resultados muestran que un 46.2% de los/las jóvenes que mantienen relaciones sexuales que incluyen el coito estaría asumiendo conductas de riesgo frente al
VIH/sida.

Después de impartir la acción educativa, los/las jóvenes mejoran sus creencias respecto al uso del preservativo disminuyendo la percepción de los costes y aumentando a su vez la percepción que tenían sobre los beneficios derivados de su uso. Así mismo, aumenta la actitud positiva para emplear el preservativo en las futuras relaciones sexuales.

La intervención hace que los/las jóvenes perciban ligeramente menor capacidad de control, sin embargo, también disminuye la inseguridad que los/las jóvenes sienten a la hora de gestionar sus relaciones sexuales y negociar el uso o no de un método preventivo.

Los/las jóvenes que participan en la acción educativa «Prevenir para Disfrutar» también aumentan sus conocimientos entorno al VIH/sida, la correcta colocación del preservativo y los posibles riesgos que implica la práctica del coito interrumpido.
El mayor aumento se produce en el conocimiento que tienen los/las jóvenes respecto a las posibles vías de infección del VIH y el desarrollo del síndrome en general.

Con la presente investigación queda demostrado que existen causas que hacen vulnerables a los/las adolescentes en el ámbito socio-emocional y sexual. Se considera necesario continuar con futuras investigaciones donde se pueda evaluar estos criterios y otros como
incluir, la cultura, el autoconcepto y el sexo, entre otros. Esto puede ayudar a mejorar los programas o intervenciones y dotar a los/las jóvenes de los recursos necesarios para afrontar las condiciones a las que se ven expuestos/as en la adolescencia como la presión por parte de sus compañeros/as, la construcción de la identidad sexual y la prevención de ITS y, en concreto, del VIH.