Se trata de una medida que fue aprobada por el presidente Barack
Obama el pasado mes de febrero y que afecta también al tabaco de liar y
a los puros.
Se calcula que con esta medida, 4,1 millones de niños
podrán sumarse a los 6,7 millones de menores que en la actualidad ya se
benefician del programa estatal de atención sanitaria a la infancia.
Esta iniciativa se topó con un doble veto del anterior presidente de EEUU,
George Bush, durante la pasada legislatura.
La medida, que costará
alrededor de 32,8 millones de dólares se financiará fundamentalmente a
través del aumento de los impuestos del tabaco; aunque la
administración también confía en que el alza de los preciso desanime a
algunos jóvenes a iniciarse en el hábito del tabaco.
El nuevo impuesto que grava a las empresas tabaqueras y, por lo tanto, a los consumidores, ha provocado diferentes reacciones
en los sectores afectados. «La están tomando con quienes menos
posibilidades tenemos, que son los que fumamos», decía a la CNN Larry
Jukes, un fumador de 65 años. «Así lo hacen desde hace años».
«Voy a dejar de fumar», comentaba al «USA Today» Will Hues, de 27 años. «Es de locos pagar tanto», añadía.
El director de la Oficina sobre el Tabaco y Salud en los Centros
para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC, según sus
siglas en inglés), Matthew McKenna, calificaba la medida de «momento histórico»,
recogía «USA Today». Según McKenna, el incremento que el precio del
tabaco ha experimentado hasta ahora, en un 10%, ha conseguido reducir
el consumo en un 4%.
Además, se prevé que el nuevo impuesto logre que uno de los 45 millones de fumadores adultos del país dejen este hábito.
«Dejarán el hábito quienes tengan ingresos más bajos, porque no
podrán permitirse pagar este precio», ha criticado sin embargo Eric
Lindblom, de la Campaña «Niños libres de Humo».
Antes del impuesto, el precio medio de la cajetilla era de unos cinco dólares.
Hay que tener en cuenta que el precio difiere en cada estado por el
impuesto que aplica cada uno, además del de la administración central.
El estado de Nueva York es el que grava un impuesto más alto, con
2,75 dólares por cajetilla. Un paquete puede costar alrededor de los
nueve dólares.
Con la entrada en vigor del nuevo impuesto, la prensa de Nueva York
incluye un anuncio de una página del ayuntamiento, en el que anunciaba
a los fumadores que el precio del paquete pasaría a costar más de nueve
dólares a partir del 1 de abril y animaba a los ciudadanos a dejarlo. «Salve su vida y su dinero», recomendaba el anuncio.
Como medida de apoyo, el ayuntamiento ofrece parches y chicles de
nicotina gratis. Además, diferentes hospitales de la ciudad organizan
actividades para dejar de fumar.