El consumo frecuente y a largo plazo de marihuana produce un aumento
significativo del riesgo de desarrollar el tipo más agresivo de cáncer
de testículo, según un estudio coordinado por Stephen Schwartz, del
Centro de Investigación del Cáncer Fred Hutchinson, en Seattle, que se
publica en Cancer.

El
citado grupo ha visto que ser fumador de marihuana cuando se
diagnostica el tumor se asocia con un incremento del 70 por ciento del
riesgo de cáncer testicular, que es particularmente elevado en los que
la fumaron la semana anterior al diagnóstico o los fumadores a largo
plazo, como los que iniciaron su consumo en la adolescencia.

Parece
ser que el consumo de marihuana se asocia sólo al tipo no seminoma, que
suele debutar entre los 20 y los 35 años, y supone cerca del 40 por
ciento de todos los tumores testiculares. Schwartz ha puntualizado que
el trabajo no es el primero que sugiere que el estilo de vida o el
medio ambiente sean factores de riesgo para el cáncer testicular, «pero
sí el primero que estudia la asociación con la marihuana».

La
exposición crónica a esta droga tiene múltiples efectos adversos en el
sistema reproductivo y endocrino; lo primero que hace es reducir la
calidad del esperma; otro posible efecto es la reducción de los niveles
de testosterona e impotencia. El equipo de Schwartz ha entrevistado a
369 hombres con edades comprendidas entre los 18 y 44 años que vivían
en Seattle y que habían sido diagnosticados de cáncer de testículo.
Como grupo control se seleccionó a 979 sujetos sanos.

Además del
consumo de marihuana, se estudiaron otros hábitos que suelen estar
relacionados, como el tabaco y la ingesta de alcohol. No obstante, los
autores del trabajo quieren continuar con las investigaciones para
valorar si esta relación también se contempla en otros grupos
poblacionales y para encontrar marcadores moleculares que conecten las
vías por las que la marihuana influye en el desarrollo del cáncer
testicular.