14 marzo 2009
El sector salud pierde peso en la cooperación española a pesar del incremento de la AOD

España se sitúa entre los 10 primeros donantes del Comité de Ayuda al
Desarrollo y de la Unión Europea. Ahora bien, tal evolución debe ser
situada en un contexto de crecimiento general de la Ayuda Oficial al
Desarrollo (AOD) lo que hace que, en realidad, la salud pierda peso
relativo con respecto a otros sectores de actuación


Médicos del Mundo, Medicus Mundi y Prosalus
presentan el Informe 2008: La salud en la cooperación al desarrollo y
la acción humanitaria.

La
ayuda española al desarrollo para la salud registró, en 2007, un
aumento de cinco millones de euros. De esta forma, España se sitúa
entre los 10 primeros donantes del Comité de Ayuda al Desarrollo y de
la Unión Europea. Ahora bien, tal evolución debe ser situada en un
contexto de crecimiento general de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD)
lo que hace que, en realidad, la salud pierda peso relativo con
respecto a otros sectores de actuación.

Por
otra parte, se cuadriplicó el volumen de ayuda reembolsable en este
sector, algo que, según el informe La salud en la cooperación al
desarrollo y la acción humanitaria, es inaceptable. El documento,
elaborado por las ong Médicos del Mundo, Medicus Mundi y Prosalus,
aboga por el mantenimiento de los compromisos asumidos
internacionalmente y la coordinación de iniciativas bajo el liderazgo
de la Organización Mundial de la Salud.

En términos globales,
la situación de la salud mundial es mejor que hace 30 años, aunque
continúa estando lejos del cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo
del Milenio. En este sentido, cada vez existe un mayor consenso sobre
la necesidad coordinar actuaciones y fortalecer los sistemas de salud
públicos para alcanzar las metas establecidas.

Aunque
la esperanza de vida ha aumentado de forma general, existen países en
los que ha caído escandalosamente. Tal es el caso de Lesotho (donde ha
descendido 21 años) o Zimbabue (donde ha caído 19 años). En los países
empobrecidos, las principales enfermedades siguen siendo el VIH/Sida,
la malaria, la tuberculosis, y la poliomelitis. Se unen ahora también
las enfermedades como el tabaquismo, alcoholismo, enfermedades mentales
y cardiovasculares, que provocan el 52% de las muertes anuales.

Además,
el cambio climático produce anualmente 150.000 muertes, cifra que,
según expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se
duplicará para el año 2030.

Los
países donantes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (OCDE) disminuyeron su ayuda al desarrollo del 0’31% de 2006,
al 0’28% de 2007. De esta forma, y dada la previsible disminución de
fondos debido a la crisis económica mundial, el objetivo comprometido
del 0,7% se aleja cada vez más. Es necesario, que los países donantes
cumplan los compromisos financieros suscritos internacionalmente en
materia de AOD, en general, y de salud, en particular.

La
arquitectura de la cooperación internacional es cada vez más compleja:
nuevos actores, iniciativas y donantes pueden llegar a crear un
multilateralismo paralelo a Naciones Unidas. Por tanto, es necesario
favorecer la coordinación en el área sanitaria que sea liderada por la
OMS. Además, hace tiempo que venimos reclamando la necesidad de una
estrategia de salud conjunta para los países de la UE, que ayudaría a
cumplir uno de los principios básicos de la ayuda: la previsibilidad.

La
AOD española continúa su crecimiento. El sector salud, a pesar de haber
recibido cinco millones de euros más, ha perdido peso relativo, pasando
del 8,55% de la AOD al 7,95% de acuerdo a los datos de la Agencia
Española de Cooperación Intenacional para el Desarrollo. En términos
generales, la ayuda se canaliza a través de organismos internacionales
como el Fondo Global contra el Sida, la Malaria y la Tuberculosis,
primer receptor de la ayuda multilateral en salud, con un total del
85,25%. Este hecho es sorprendente, puesto que se trata de iniciativas
que, aunque realizan actuaciones destacables, trabajan contra problemas
concretos olvidando otras necesidades sanitarias de la población.

Por
otra parte, la ayuda reembolsable en el sector salud se multiplica casi
por cinco. Una práctica inaceptable, puesto que la utilización de ayuda
reembolsable conlleva el endeudamiento de los países poniendo en riesgo
el acceso al sistema sanitario.

En una época de crisis
económica como la actual, es necesario que los compromisos se
mantengan. La reciente aprobación del Plan Director de la Cooperación
Española 2009-2012 abre nuevos retos en este sentido. Para Prosalus,
Medicus Mundi y Médicos del Mundo, este Plan debería ser el de la
consecución del 0,7%, y además un 0,7% que esté orientado a resultados
y a una mejora real de la salud de las poblaciones más pobres”.

Además,
las tres organizaciones consideran que la UE, como primer donante
mundial, debería pasar de las palabras a los hechos ya que por primera
vez en 10 años, la UE disminuyó en 2007 el tanto por cierto que destina
a cooperación. En el ámbito de salud, además, carece de una estrategia
definida que concrete las prioridades en este ámbito.

La
salud se mantiene como un sector prioritario dentro de la cooperación
descentralizada. En 2007, creció de forma global unos 65 millones de
euros, hasta alcanzar los 511 millones. La heterogeneidad en
presupuestos y prioridades dificulta la efectividad de actuaciones
conjuntas; se hace necesario contar con mecanismos de coordinación que
faciliten la interacción entre las Comunidades Autónomas.

Las
seis Comunidades que más presupuesto destinan a este sector (Andalucía,
Cataluña, Castilla-La Mancha, Comunidad de Madrid, Comunitat Valenciana
y Navarra) suponen un 68’5% de toda la AOD en salud. Pero las cifras
absolutas pueden enmascarar el esfuerzo real que realiza cada una de
ellas. Hay que tener en cuenta el porcentaje de la AOD total que se
destina a salud. Y entonces los datos cambian de forma que Extremadura
es la comunidad que mayor porcentaje ofrece a la salud (19,84%),
seguida de Navarra (19,37%) y Aragón (16,35%).

Internacionalmente,
la acción humanitaria ha adquirido un carácter propio dentro de la
cooperación. En España, el presupuesto destinado a este tipo de
acciones ha descendido un 4,4% con respecto a 2006, pasando de 248
millones de euros a 237.

El gran reto para la cooperación
Española es la elaboración de un plan de acción que lleve a la práctica
el compromiso firmado en 2004 con los Principios de Acción Humanitaria
de los donantes.