23 enero 2009
Los analgésicos pueden causar adicción

Los analgésicos, o medicinas para aliviar el dolor, deben venderse en
cantidades pequeñas porque pueden causar adicción.
Esa es la conclusión de una investigación en Gran Bretaña que afirma
que estos fármacos sólo deben venderse después de una consulta médica


El estudio sobre la dependencia a medicinas que contienen codeína -un
compuesto que se encuentra de forma natural en el opio- concluye que
estos medicamentos deben llevar una etiqueta que advierta sobre los
riesgos de adicción. Además, afirman los autores, debe ponerse fin a
los anuncios publicitarios de este tipo de medicamentos.

El informe,
llevado a cabo por el Grupo Parlamentario sobre el Abuso de Fármacos,
concluyó que las autoridades de salud deben establecer procedimientos
para asegurarse de que los médicos familiares no receten opioides y
tranquilizantes sin una buena causa médica. Según los expertos, hay una
falta de información sobre el nivel de adicción a estos fármacos, tanto
recetados como de venta libre. Y es necesario que las autoridades
comiencen a estudiar estas cifras.

“Este problema ya no puede seguir
siendo ignorado» afirma el doctor Brian Iddon, quien dirigió el
estudio. «Debemos investigar la escala del problema y ofrecer a los
afectados un diagnóstico y tratamiento adecuados».

Según los expertos,
se tienen datos de individuos que tan tomado, por ejemplo, medicamentos
contra la ansiedad durante 30 años a pesar de que las guías establecen
que éstos no deben recetarse por más de cuatro semanas a la vez. Pero
los mayores temores en años recientes han surgido por el número de
personas que toma regularmente fármacos que contienen codeína. Éste es
un compuesto analgésico muy efectivo que se vende sin receta combinado
con otras sustancias para el dolor como acetaminofeno (paracetamol),
ibuprofeno o aspirina.

Tal como señalan los expertos, usados de manera
correcta, los fármacos que contienen codeína son seguros y efectivos. Y
cuando se les combina con acetaminofeno o ibuprofeno producen
sustancias más poderosas para el alivio del dolor, particularmente
útiles para dolores de espalda, dentales o menstruales.

Sin embargo,
los expertos afirman que tomadas regularmente pueden causar problemas
de adicción. Cuando se les deja de consumir después de un uso
prolongado pueden provocar síntomas parecidos a la gripe, con dolores
de articulaciones y agitación. Tal como señala el doctor Iddon, es
necesario que se reduzca el tamaño de los paquetes que se venden de
estas medicinas. En muchos países contienen hasta 32 tabletas.

Los
expertos proponen que se vendan sólo 18 y que sólo estén disponibles al
consumidor después de una consulta con el médico o farmacéutico. Sin
embargo, la asociación que representa a los fabricantes de medicinas de
venta libre en el Reino Unido afirma que esta medida quizás no tendría
ningún efecto en el problema de adicción.

«En 2005 se introdujeron
varias medidas, incluida una reducción voluntaria en el tamaño de los
paquetes y una advertencia impresa sobre la adicción» afirma Sheila
Kelly, presidenta de la asociación. «Ahora estamos dispuestos a
discutir si podemos mejorar dichas advertencias, pero creemos que una
mayor reducción (a 18 tabletas) causaría inconvenientes y no tendría un
impacto en la adicción», agrega.

En el Reino Unido, igual que en
muchos otros países, no existe una restricción legal sobre el número de
paquetes de estas medicinas que una persona puede comprar. Y además,
una persona puede ir de farmacia en farmacia para comprarlos. Es por
eso, afirman los expertos, que es muy difícil controlar el abuso de
medicamentos. El informe parlamentario recomienda llevar a cabo
campañas de concientización sobre el abuso de medicamentos que
involucren tanto al público como a los farmacéuticos y sus ayudantes.

Es necesario, dicen los autores, un mejor entendimiento sobre los
peligros potenciales que pueden causar tanto los medicamentos recetados
como de venta libre. También, agregan, toda la información sobre los
ensayos clínicos de estos fármacos debe estar disponible al público. Y
esto debe incluir también a los ensayos que se han suspendido por
temores de que los resultados no sean favorables para las compañías
farmacéuticas.