Se trata de una medida que debe complementar, según Moya, a «los programas específicos de prevención de la ingesta puestos en marcha en los últimos dos años, que han servido para reducir el acceso de los ciudadanos, especialmente de los más jóvenes, a esta sustancia adictiva».
Moya, que cumple ahora cuatro años al frente del plan nacional, comentó que tiene la impresión de estar avanzando en la dirección adecuada, «como plantean los estudios más recientes referidos al consumo de sustancias ilegales y los que analizan la adicción al alcohol y al tabaco».
Una de las prioridades actuales de Moya es «reforzar los mensajes en favor de la adopción de hábitos de vida saludables y mejorar la información sobre los efectos que tienen las drogas en el organismo». Potenciando el conocimiento y la prevención»mejoraremos el abordaje de las adicciones, que son un fenómeno muy complejo, multifactorial, y con implicaciones económicas, sociales, culturales y personales muy profundas».
Son cuestiones contempladas en la Estrategia Nacional sobre Drogas 2009-2016, divida en dos planes de acción de cuatro años que «se centrarán en la sensibilización de profesionales y pacientes, en el acercamiento de posturas con las comunidades autónomas, en la mejora de la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud, en la incentivación de la investigación fomentando la participación de la empresa privada yen el aprovechamiento de las redes sociales en internet».
En el mismo sentido, José Martínez Olmos, secretario general de Sanidad, se refirió en la introducción previa a la intervención de Moya, a la adscripción de la Delegación a la Secretaría General de Política Social con los cambios producidos en abril en la estructura del Ministerio de Sanidad.
Ante la preocupación suscitada en las autonomías por este trasvase que podría suponer que la lucha contra la droga dejase de ser una prioridad en el ministerio, Martínez Olmos señaló que la decisión ha sido un acierto en la medida en que»favorecerá la coordinación de las acciones sanitarias y sociales en el tratamiento y la prevención del consumo», especialmente en el segundo ámbito, «donde se abren nuevas oportunidades para adaptar nuestras políticas a las nuevas necesidades sociales».