09 junio 2010
Suráfrica gasta en el Mundial cuatro veces más de lo que invierte contra el sida

A pocos días de que empiece el Mundial, el mundo vuelve sus ojos hacia Suráfrica: por primera vez un país africano acoge la celebración de este encuentro deportivo. Pero Suráfrica no es solo la sede del Mundial de Fútbol 2010, sino también uno de los países con mayor tasa de infecciones de VIH, con casi […]


A
pocos días
de que empiece el Mundial, el mundo vuelve sus ojos hacia Suráfrica:
por
primera vez un país africano acoge la celebración de este encuentro
deportivo.
Pero Suráfrica no es solo la sede del Mundial de Fútbol 2010, sino
también uno
de los países con mayor tasa de infecciones de VIH, con casi 6 millones
de
personas que viven con el virus.

Mientras
miles de hinchas animan a sus equipos en Sudáfrica, 1.400 personas se
infectarán
cada día por el virus del VIH, y casi 1.000 morirán. El 18 por ciento
de la
población sudafricana entre 15 y 49 años está infectada, y hasta el
momento ya
hay dos millones y medio de niños que han quedado huérfanos. Se estima
que
Sudáfrica debería destinar anualmente 1.500 millones de dólares a la
prevención
y tratamiento del VIH/sida. Sin embargo, en un estado que ha invertido
cerca de
4.000 millones en el Mundial, sólo el 40 por ciento de los adultos que
necesitan tratamiento antirretroviral acceden a él.

La
esperanza
de vida ha caído nueve años desde 1990, en gran parte debido al alto
índice de
contagios de VIH, y los niveles de inequidad son de los más altos del
mundo: la
mitad de la población del país (unos 25 millones de personas) sobrevive
con
sólo el 8 por ciento del PNB. El acceso a la sanidad refleja claramente
no sólo
esta inequidad, sino también el legado del apartheid, con claras
diferencias en
función de la raza.

Hablamos,
a
pesar de estas cifras, de la economía más fuerte del continente. Un
país que
según datos de «InspirAction» ha gastado alrededor de 3.800 millones de
dólares
en adecuar infraestructura y construir nuevos estadios. Un país que en
unos
días se verá inundado de extranjeros que acudirán a sus estadios,
mientras que
los aficionados del resto del continente sólo han comprado 40.000
entradas para
asistir a la primera Copa del Mundo que se celebrará en suelo africano.
Los
altos precios tanto de las entradas como de los vuelos, y las escasas
combinaciones aéreas dificultan que los africanos asistan a la gran
fiesta del
fútbol.

El
Mundial es
una oportunidad única para volver los ojos hacia el VIH y sus causas, y
movilizar a la población para exigir políticas coherentes en la lucha
contra
esta enfermedad. Así lo ha entendido la ONG «InspirAction», que con su
campaña
Márcale un gol al sida propone unir esfuerzos para luchar contra el
VIH.