07 junio 2010
Descubren la clave de la adicción a las drogas

Investigadores de la Washington State University, en Estados Unidos,
han concluido un inusual estudio con caracoles que les ha servido para
descubrir los graves efectos que provoca en el cerebro el consumo de
metanfetamina, un hallazgo que puede ser clave para comprender la
adicción que generan muchas drogas, según los resultados publicados en
el Journal of Experimental Biology.


Según publica la Revista Jano, la «metanfetamina seduce a sus víctimas aumentando la autoestima y
el placer sexual e induciendo un estado de euforia». Así es como la
doctora Barbara Sorg, autora del estudio, describe los efectos de este
psicoestimulante, considerado como una de las sustancias más
adictivas que se conocen.

Además, su consumo produce unos recuerdos no olvidables fácilmente,
lo que hace que sea «muy difícil» cesar su consumo y, de hecho,
muchos drogodependientes acaban recayendo incluso después de un
tratamiento de desintoxicación. «Es como un proceso de aprendizaje en
el que se está aprendiendo la adicción a la droga sin ser consciente
de ello», explica esta experta.

Con el fin de comprender esta adicción, Sorg y su equipo utilizaron
caracoles de la clase Lynmaea sgtagnalis para su investigación, dado
que presentan un sistema nervioso central relativamente simple, con
neuronas fácilmente identificables, que permiten analizar mejor los
efectos de la droga en una célula cerebral por separado.

De este modo, en el primer paso para tratar de entender esta
adicción que generan, analizaron los efectos de la metanfetamina en
los caracoles, comparando la conducta de un grupo de moluscos drogados
y no drogados en un sencillo ejercicio de respiración.
Aunque este tipo de caracoles viven en agua estancada y suelen
respirar a través de la piel, «cuando disminuyen los niveles de
oxígeno en el agua, los caracoles salen a la superficie y abren un
tubo de respiración». Por ello, los investigadores entrenaron a los
caracoles para que no salieran a la superficie picando su tubo de
respiración con una pequeña vara y, gracias a este método de ensayo y
error, los animales aprendieron a no salir y «formar un recuerdo»,
afirma Sorg en declaraciones a la BBC.

Sin embargo, los científicos descubrieron que si los caracoles
consumían pequeñas cantidades de metanfetamina antes de esta tarea de
respiración, quedaban «preparados» para formar un recuerdo más
persistente de la misma, mientras que los no drogados generalmente se
olvidaban tras 24 horas de su entrenamiento.

«A pesar de que la droga
ya no estaba en su sistema, algo había sucedido en sus células que los
hacía mejorar su aprendizaje», explica la doctora Sorg.
Cambios celulares
Tras este primer hallazgo, los investigadores pretenden estudiar
los cambios que se producen en sus células, sobre todo cuando, en
estudios previos, ya lograron identificar una neurona de estos
animales que es crucial para que aprendan y recuerden cómo regular su
respiración.

Esta célula libera un compuesto químico, la dopamina, que en los
mamíferos está relacionada con los circuitos cerebrales vinculados a
la adicción. «Por eso, pensamos que este caracol sería un buen ejemplo
de estudio», reconoce Sorg. «Ahora queremos investigar esa neurona y
ver qué cambia en ella. Estudios previos encontraron cambios en el AND
celular causados por la droga», agrega.

Su trabajo, como reconoce la investigadora, podría ser muy
importante para futuros tratamientos basados en la memoria para
combatir la adicción a drogas u otros trastornos, como el estrés
postraumático. A su juicio, el objetivo podría ser atacar recuerdos
específicos o memorias patológicas para que el paciente pueda
olvidarlos o disminuirlos.
«Si sabemos cómo se forman estos recuerdos y cómo se pueden
olvidar, y si podemos entender cómo es el proceso que promueve el
olvido en una célula individual, podríamos lograr trasladar esos
hallazgos a animales superiores, incluidos los seres humanos»,
concluye Sorg.