20 septiembre 2010
Nueva York quiere prohibir fumar en los parques públicos y en las playas de la ciudad

La controvertida medida anunciada por el aclalde Bloomberg todavía ha de ser aprobada por el Consejo Municipal


La lucha contra los efectos nocivos para la salud del consumo de cigarrillos sigue librándose en cada rincón del planeta. Ahora le ha tocado el turno a Estados Unidos, donde el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, ha dado un paso más en esta cruzada al anunciar su pretensión de hacer extensiva la prohibición de fumar a parques y playas de la ciudad. «La ciencia ha sido clara: la exposición prolongada al humo del tabaco, ya sea en espacios abiertos o en sitios cerrados, perjudica la salud», dijo Bloomberg en un comunicado.

Hasta la fecha, la normativa vigente en Nueva York prohíbe fumar en lugares de trabajo y espacios cerrados.

La controvertida medida anunciada por Bloomberg todavía ha de ser aprobada por el Consejo Municipal. De ser
ratificada, la nueva normativa afectaría principalmente a los numerosos parques al aire libre de la Gran Manzana, entre los que se encuentra el popular Central Park, donde hasta ahora locales y turistas podían disfrutar de su cigarrillo.

Otros espacios típicos de la ciudad de Nueva York como Times Square o el famoso paseo marítimo de Coney
Island quedarán libres de humo una vez sea aceptada la propuesta. El alcalde de Nueva York planea igualmente la prohibición de fumar en muelles y zonas peatonales.

Según datos facilitados por el Ayuntamiento de Nueva York, el 57 por ciento de los neoyorquinos presentan
elevados niveles de cotinina, una sustancia derivada de la nicotina, en su sangre, lo que indica que han estado
expuestos al humo del tabaco en un nivel suficientemente alto como para dejar restos en su cuerpo.

La propuesta ha sido celebrada por la Sociedad Estadounidense del Pulmón en Nueva York, quien en un
comunicado ha expresado su alegría porque la legislación proteja a los usuarios de parques y playas del efecto
nocivo que supone ser fumador pasivo. Para el presidente de la Asociación Estadounidense del Pulmón de Nueva York, Scott Santarella, el proyecto de ley «reducirá polución, salvará vidas y convertirá los parques y las playas en las saludables áreas de recreo que deberían ser».